Cuando lleguen los problemas, no los valores como tales sino como posibilidades de cambio, de mejora y de progreso.
Cambia el mal por bien, que no te engañen las energías de rencor, de rabia y de miedo que envenan tu ser.
Procuremos vivir por encima de todo eso.
Confía en el Dios de amor todopoderoso, el Dios que todos llevamos en nuestro corazón, y no en el Dios justiciero que nos enseñaron desde pequeños.
Aprendamos de la luz que sostiene al mundo.
Entra Señor en el corazón de todo ser humano, y llénalo de luz de amor.
Aprendamos de nuestro buen gran amigo, el gean maestro de todos los tiempos: Jesús de Nazaret.
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