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La Gran Era del Amor

domingo, 20 de octubre de 2024

Los Sabios Demoniacos

Sabio es el que Ama al Planeta, Creación Divina

Otro tipo de "sabio terrenal", se le podría también llamar "sabio carnal" o "sabio demoníaco". Son realmente horrendos y se les puede dividir en dos clases. La dos clases dirigen a la humanidad hacia el caos y la destrucción final.

El Primer tipo de "sabio demoníaco" es el que utiliza sus conocimientos para crear productos, objetos, materiales, etc., para la perversión, la depravación y la tortura del ser humano, como podrían ser nuevas drogas, nuevos métodos sexuales antinaturales, etc.. La sabiduría de este ser está encaminada a llevar a la perdición a los seres humanos y la energía que impulsa sus conocimientos no es por supuesto el amor, sino la lujuria (la sangre del diablo).
Atenta contra la ética, la moral y el decoro, y "escupe a Dios a la cara" a cada uno de sus inventos vergonzosos.

La segunda clase de "sabio demoníaco" suele ser un "sabio muy sabio", con gran don de gentes, con lo que aparentemente se podría llamar carisma. Persona triunfadora, con facilidad de palabra, de retórica y gran conocimiento en las Escrituras de Dios. Persona materialmente rica, con gran energía y poder de persuasión.
A éste ser, quizás el "sabio demoníaco" más horripilante de todos se le puede llamar "falso profeta". Existen muchos falsos profetas, y muchos anticristos, aunque la tendencia popular es que "como solo existe un Cristo, también solo existe un anticristo",

Estos últimos "sabios" tienen como misión demoníaca el hacer que los seres humanos no sigan a los sabios verdaderos. Los tientan, les ofrecen poder y gloria. Hablan mal de los "sabios verdaderos", de los verdaderos Guías Espirituales, Trabajadores de Dios, Trabajadores de la Luz, Sanadores, Maestros.

Su trabajo consiste en apartar a toda persona que esté en el "buen camino", en la senda correcta. Hacer la vida imposible e intentar hacer que se pierda al ser humano que desea acercarse a Dios.
Se reconocen porque no crean amor sino caos con sus malas habladurías, crean nerviosismo, desconfianza, inseguridad, en vez de fe, seguridad y templanza. No se valen del amor, sino de la seducción. Su "carisma", "sabiduría" y otros "poderes" se los da el diablo. Pueden "triunfar" durante algún tiempo, pero, a la larga, siempre gana la Sabiduría Divina.

Estos últimos "sabios demoníacos" no acostumbran a enfrentarse directamente a los sabios verdaderos de Dios, sino que utilizan a sus "discípulos" para entablar guerras espirituales contra ellos, quizás antes maestros de esos discípulos. Pero claro está que una batalla espiritual directa en toda regla se podría producir en cualquier momento.