Los celos y la envidia son energías que envenenan el alma y te alejan de ti mismo, a la vez que hacen muchísimo daño a ti, como a otras personas.
No permitiendo dejar la vida fluir detrás de ti.No canalices esas energías tan bajas, que envenenan tu alma.
¡No te dignifican y te hacen ser esclavo!
Mantén tu corazón y tus sentimientos limpios, para no permitir que te envenenen esas energías ¡tan bajas!
Hazte un favor a ti mismo no permitiendo su entrada en ti ni en los demás ni en el planeta en que vivimos y así no tendrás remordimientos de conciencia.
Al final Dios pondrá todas las cosas en su sitio, ¡Tan solo hay que esperar!
