El miedo nos debilita, el miedo nos para, nos desequilibra, nos desarmoniza, hace que nos detengamos sin darnos casi cuenta, y cuando sentimos miedo y actuamos con miedo dejamos de ser quien verdaderamente somos y nos convertimos en marionetas.
Si realmente supiésemos y entendiésemos que es una energía realmente baja, aunque nos pueda llegar a manipular de manera sofisticada.
Lo contrario del miedo es el amor, y el amor viene de Dios. El amor nos fortalece, nos libera, nos equilibra, nos armoniza, nos hace actuar con firmeza, nos centra, nos acerca a nosotros mismos, y es una energía tan poderosa, que a la vez se caracteriza por su simpleza.
Seguramente todos, en muchas ocasiones hemos sentido las energías de miedo, y las energías de amor.
Las energías de miedo son bajas, y si seguimos su juego, actuaremos mal, sentiremos vergüenza, y pena.
Pero si actuamos con amor, a pesar de la lucha, el amor vencerá, y ya no será lucha, será armonía, simplicidad, bondad, alegría, bienestar, equilibrio; y este equilibrio hace que seamos nosotros mismos, sin necesidad de ponernos una coraza, o una máscara. Haz todo con amor, siembra con amor, ama con amor, piensa con amor, rompe las cadenas y, sobre todo, sé tu mismo.
¡Triunfador es quien va de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo!