Está amaneciendo y contemplo este majestuoso y bello amanecer,
le doy nuevamente las gracias a Dios por permitirme vivir un día más,
trabajar un día mas para él.
Una bandada de pequeños pájaros me da los buenos días,
yo les devuelvo el saludo.
Empezaré de nuevo este día y nuevamente te diré !Gracias Padre, Gracias Dios!
porque a pesar de las luchas entre el miedo y el amor, el bien y el mal,
merece la pena este desarrollo espiritual que cada vez me acerca más a ti.
Es un placer Señor conocerte y servirte: no permitas que desfallezca en esta guerra espiritual.