Toqué a tu Puerta y me Abriste. Tenía Sed y me Diste de Beber |
Jesucristo, un chico muy sabio él, nos explicó lo de la trascendencia de nuestros actos en pro o en contra de los demás seres humanos, pero muy pocos lo escucharon: "Toqué a tu puerta y no me abriste, tenía sed y no me diste de beber, tenía hambre y no me diste de comer", y ustedes me preguntarán: ¿cuando sucedió eso?, y yo les contestaré (seguía Jesucristo): "Cada vez que le negaron la comida, la bebida y/o el aposento a cualquier ser humano, me lo negaron a mí.
Me dirán que hicieron milagros y exorcismos en mi nombre, y yo les diré: "No los conozco".
A los verdaderos hijos de Dios (humanos dignos de ese calificativo), no se les reconocerá por lo que alardeen sobre lo que han hecho o no han hecho a favor de Dios, de sí mismos, el planeta y la humanidad, sino se les reconocerá por el amor interior que tengan, ... el amor también trasciende.