Padre Nuestro que estás en los Cielos ... |
“Padre Nuestro que estás en los Cielos”
Nosotros, los Sanadores, sabemos que toda oración bien hecha se compone de tres partes bien diferenciadas. También sabemos que debemos utilizar una oración para dirigir las energías sanadoras de forma específica y cumplan su misión. Tenga en cuenta que la energía sigue el pensamiento siempre, con el poder de la fe.
La primera parte en cualquier oración que merezca su nombre es “a quién se le pide”. Debemos situar la fuente desde dónde partan, nazcan las energías que vamos a dirigir, y debemos de ir a buscar, pedir, a esa fuente que nos conceda, que nos ceda sus energías para que trabajen a través de nosotros.
Por otro lado, tenemos las palabras de Jesucristo: “Recen así: Padre Nuestro que estás en los cielos” para diferenciar a nuestro Padre Celestial de nuestro padre físico”.
Con lo anterior expuesto deducimos de forma lógica, que realmente existe una fuente creadora de la humanidad, creadora de ti y de mí, creadora de todo ser humano, un “Padre Nuestro que está en los cielos”. Dios existe. De todas formas, Jesucristo creía en Dios, Creador del universo, fuente infinita de energía sanadora de amor.