miércoles, 22 de octubre de 2014
CARTA DE UN SOLDADO A DIOS ANTES DE MORIR
Yo nunca hablé contigo, hoy quiero saludarte.
¿Cómo estás?
Sabes, me decían que no existías y yo tonto creí que era verdad.
Anoche vi tu cielo oculto en un hoyo de granada. ¿Quién iría a creer que para verte, bastaba con tenderse uno de espaldas?
No sé si aún querrás darme la mano, al menos creo que me entiendes. Es raro que no te haya encontrado antes, sino en un infierno como éste.
Pues bien… ya todo te lo he dicho, la ofensiva nos espera para muy pronto.
Dios, no tengo miedo, desde que descubrí que estabas cerca. ¡La señal! Dios ya debo irme. Olvidaba decirte que te quiero.
El choque será horrible en esta noche.
Quién sabe… tal vez llame a tu cielo.
Comprendo que no he sido amigo tuyo, pero ¿me esperarás si hasta Ti llego?
Como miras Dios, estoy llorando… Tarde Te descubrí, cuánto lo siento.
Dispensa… debo irme. Buena suerte…
(Qué raro, sin temor voy a la muerte…)
Encontrado en el bolsillo de un soldado muerto durante la segunda guerra mundial.
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