Las guerras espirituales son fuertes. Cuando te encuentres atravesando una de ellas y te encuentres aislado, en el desierto del vacío de tu alma, no dudes nunca, Dios enviará sus ángeles, porque el nunca te abandona. Levántate de nuevo, el ejército de Dios es grande.
Todas las veces que ayudemos a otra persona, que ayudemos y cuidemos a un animal, que cuidemos la naturaleza, estamos sirviendo a Dios, porque Dios se manifiesta a los hombres a través de los mismos hombres.
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