La gente no es mala, la gente está mal.
Somos seres espirituales y nos van alejando de nuestra espiritualidad.
Los desprecios, las violaciones, la falta de comprensión, la maldad, el egoísmo, la ira, la soledad, la falta de amor, el creernos algo que no somos, al creer no estar a la altura de las circunstancias, y vamos creciendo, y nos van lastimando en nuestra invisible armadura.
Nos vamos bloqueando, llenando de miedo, de desengaños, desilusiones, dudas, sin darnos cuenta que somos mucho más que todo eso de afuera.
Que somos guerreros espirituales, y que nunca será tarde para volver a ser nosotros mismos, como Dios nos creó, como seres espirituales, creados a imagen y semejanza suya.
Dios nos creó para ser felices, con nuestro libre albedrío , nosotros elegimos, hacer el bien, o hacer el mal, ¡y siempre la lucha! Entre el bien y el mal,, entre el miedo y el amor.
Las energías negativas se encargan de intentar alejarnos del bien, y le echamos la culpa a Dios de nuestras debilidades, de nuestros desengaños, de nuestra infelicidad y es tal su amor, y su tremendo libre albedrío, que siempre espera, en el silencio, de nuestro verdadero yo.