El Amor es la mejor medicina y la Lúz que más brilla

La Gran Era del Amor

viernes, 28 de octubre de 2011

La felicidad reside en respetar el mandato de Dios.


El corazón de todas las personas del mundo es igual, independientemente de la nacionalidad, la religión y el color de piel de cada uno. Todos los habitantes del planeta tenemos una misma ansia y necesidad de amor, paz y felicidad.
Es algo que Dios ha puesto en nosotros por mas que seamos distintos y tengamos variadas procedencias. Todos nuestros problemas tienen una sencilla solución, la misma que han tenido en todas las épocas, en cada generación: ¡EL AMOR!
Amor verdadero, auténtico, el amor de Dios. Todos necesitamos amor, ese es el remedio que ofrece Dios para todos los problemas actuales, el que siempre ha ofrecido, un remedio tan sencillo e infantil que  a muchas personas les cuesta creerlo, a pesar de ello, sigue siendo la solución de Dios, incluso en un mundo tan confuso y complejo como este en el que vivimos.
Es así de simple: si todos amamos a Dios, y tenemos su amor en nuestro corazón, nos amaremos mutuamente y nos ocuparemos el uno por el otro. Cumpliremos así con las normas divinas sobre la vida, la libertad y la felicidad con lo cual todo andará bien y seremos dichosos.
La mayoría de los males que aquejan al mundo actual se debe a que los hombres han rechazado a Dios y sus leyes de amor; si la gente amara a Dios y al prójimo no sería mala ni egoísta; los ricos no despojarían a los pobres, los que gozan de abundancia no se cruzarían de brazos viendo a sus semejantes pasar hambre, sufrir enfermedades o matarse trabajando ¡ y, desde luego, no se librarían crueles guerras en que los hombres se hieran y se maten unos a otros!
Por eso dijo Jesús que el mandamiento mas importa es amar, antes que nada, a Dios, y seguidamente al prójimo como a uno mismo. Es mas, que enseñó que esas dos leyes sencillas engloban todos los mandamientos de Dios.

viernes, 21 de octubre de 2011

Mentir es mentirte a ti mismo


La mentira es un veneno que envenena al que le sigue su juego. Una mentira lleva  a otra mentira. Hay personas que se acostumbran a mentir por diversos motivos, tal vez porque así creen poder conseguirlo todo. Pero no se dan cuenta de que los engañados son ellos mismo y cuando creen vivir la realidad se encuentran atrapados en mentiras y más mentiras.
Llegará un momento en que no sepan vivir sin mentir confundiendo lo real con lo irreal. Inteantaran huir hasta de ellos mismos, pudiendo llegar a ser víctimas de un monstruo fantasioso, quedando inmersos en un entorno que no podrán evadir.

La mentira envenena tanto como los mentirosos.

domingo, 16 de octubre de 2011

Presente


Cada día regala una sonrisa,
cada día regala un abrazo,
regala algo con amor cada día,
¡simplemente sé feliz y vive cada momento, porque es único, y no vuelve!
En cuántas ocasiones hemos pensado en decirle a alguien algo bonito, sonreirle, abrazarlo y, sin darnos cuenta, no lo hemos hecho, tal vez pensando en relegarlo a otro momento (''bueno, ya se lo diré o daré mañana puesto que mañana será otro día'').
Pero el pensar en el mañana nos limita el hoy, pues el mañana lleva siempre a otro mañana y nos impide hacerlo hoy.
AHORA, el momento siempre es ahora, porque pasa, y no vuelve más.

jueves, 6 de octubre de 2011

CARTA DE UN HIJO A TODOS LOS PADRES DEL MUNDO.

- No me des todo lo que pido. A veces sólo pido para ver hasta cuánto puedo coger.
-    No me grites. Te respeto menos cuando lo haces, y me enseñas a gritar a mí también, y yo no quiero hacerlo.
-    No me des siempre órdenes. Si en vez de órdenes a veces me pidieras las cosas yo lo haría más rápido y con más gusto.
-    Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio dámelo, pero también si es castigo.
-    No me compares con nadie y menos con mi hermano. Si tú me haces lucir mejor que los demás, alguien va a sufrir , y si me haces lucir peor que los demás seré yo quien sufra.
-    No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que de­bo hacer. Decide y mantén esa decisión.
-    Déjame valerme por mí mismo. Si tú haces todo por mí, yo nunca podré aprender.
-    No digas mentiras delante de mi, ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apu­ro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
-    Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el por qué lo hice. A veces ni yo mismo lo sé.
-    Cuando estás equivocado en algo, admítelo y crecerá mi opinión que yo tengo de ti y me enseñarás a ad­mitir mis equivocaciones.
-    No me digas que haga una cosa y tú no la haces. Yo aprenderé y seré siempre lo que tú hagas aunque no lo digas. Pero nunca haré lo que tú digas y no lo hagas.
-    Enséñame a amar y conocer a Dios. No importa si en el colegio me quieren enseñar , porque de nada vale si yo veo que tú ni conoces ni amas a Dios.
-    Cuando te cuente un problema mío no me digas: "No tengo tiempo para boberías" o "eso no tiene impor­tancia". Trata de comprenderme y ayudarme.
-    Trátame con la misma cordialidad con que tratas a tus amigos, ya que porque seamos familia, eso no quiere decir que no podamos ser amigos también.
-    Y quiéreme y dímelo. A mi me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo.