Dios es bueno, porque Dios es amor.
Dios es justo, es sabio. Todas las cosas bellas encuentran su origen en ÉL: la verdad, la justicia, el equilibrio, la armonía, la paz, la luz, la autoestima, la confianza, la calma, la bondad, la claridad, el amor, pero el amor en MAYÚSCULAS.
Lo contrario de todo esto no proviene de Dios: la manipulación, la ira, la cólera, la mentira, la envidia, los celos, la avaricia, la soberbia, la maldad.
Nada que excluya al amor proviene de Dios.
Dios siempre nos habla, y nos escucha, porque es un Dios de paz, un Dios de verdad, un Dios de amor.
A veces pensamos ¡Dios nos abandonó!, ¡Dios no me escuchó! pero es mentira.
Dios siempre escucha, a pesar de las circunstancias, y para Dios no hay nada imposible.
Nunca te apartes de él, aunque te hagan pensar lo contrario, porque lo contrario siempre es mentira.